(Si juegas te puedes quemar)
La ludopatía es la incapacidad para resistir los impulsos a jugar, lo cual puede llevar a graves consecuencias personales, económicas y sociales. La adicción es la incapacidad para resistir los impulsos de consumir alcohol u otras sustancias.
La ludopatía, la adicción al juego, es la reina de las adicciones sin drogas. Acostumbra a estar asociada con la dependencia al alcohol u otras drogas, con el estado depresivo (en más del 75 % de los casos), con el trastorno límite de la personalidad (borderline), con comportamientos suicidas (en el 20 % de los casos) y con actos delictivos (sobre todo hurtos y falsificación de cheques o tarjetas de crédito).
Máquinas tragaperras, bingos, loterías, juegos de azar... En España se calcula que hay 400.000 personas adictas al juego, alcanzando el tercer puesto en la lista mundial, por detrás de los Estados Unidos y Filipinas. Casi dos de cada cien españoles convierten el juego en una actividad irrenunciable, para gastarse lo que tienen y lo que no tienen. Aunque no existe un perfil de personalidad homogénea del ludópata, sí que hay algunos rasgos que predisponen a estos adolescentes, como es la falta de capacidad para el autocontrol, tratándose preferentemente de jóvenes impulsivos con dificultad de atención y de concentración, con poca autoestima, con un cuadro depresivo y en una situación estresante.
El 75 % de los ludópatas han tenido una infancia infeliz. Abundan los antecedentes de padre alcohólico y de madre ausente o sobreprotectora. La ludopatía puede tomar en la infancia y en la adolescencia la forma especial de adicción a los juegos electrónicos y los ordenadores, y sobre todo a los videojuegos o videoconsolas. Una vez que el videojuego se ha convertido en la década de los noventa en el entretenimiento preferido por la mayoría de los niños occidentales, de la dedicación abusiva a la total adicción hay un paso, transformándose el adolescente en un ser solitario, introvertido, irritable e incomunicado con los demás. El "videojuegomaníaco", cuando ya se ha cansado de acumular puntos en sus maquinitas, puede pasar con facilidad a las tragaperras, para acumular monedas, como un fenómeno similar a la escalada que se produce en la drogadicción.
Los síntomas.
Las personas con ludopatía muchas veces se averguenzan y tratan de evitar que los demás descubran su problema. Se considera que se padece una ludopatía cuando se tienen cinco o más de los siguientes síntomas:
La ludopatía, la adicción al juego, es la reina de las adicciones sin drogas. Acostumbra a estar asociada con la dependencia al alcohol u otras drogas, con el estado depresivo (en más del 75 % de los casos), con el trastorno límite de la personalidad (borderline), con comportamientos suicidas (en el 20 % de los casos) y con actos delictivos (sobre todo hurtos y falsificación de cheques o tarjetas de crédito).
Máquinas tragaperras, bingos, loterías, juegos de azar... En España se calcula que hay 400.000 personas adictas al juego, alcanzando el tercer puesto en la lista mundial, por detrás de los Estados Unidos y Filipinas. Casi dos de cada cien españoles convierten el juego en una actividad irrenunciable, para gastarse lo que tienen y lo que no tienen. Aunque no existe un perfil de personalidad homogénea del ludópata, sí que hay algunos rasgos que predisponen a estos adolescentes, como es la falta de capacidad para el autocontrol, tratándose preferentemente de jóvenes impulsivos con dificultad de atención y de concentración, con poca autoestima, con un cuadro depresivo y en una situación estresante.
El 75 % de los ludópatas han tenido una infancia infeliz. Abundan los antecedentes de padre alcohólico y de madre ausente o sobreprotectora. La ludopatía puede tomar en la infancia y en la adolescencia la forma especial de adicción a los juegos electrónicos y los ordenadores, y sobre todo a los videojuegos o videoconsolas. Una vez que el videojuego se ha convertido en la década de los noventa en el entretenimiento preferido por la mayoría de los niños occidentales, de la dedicación abusiva a la total adicción hay un paso, transformándose el adolescente en un ser solitario, introvertido, irritable e incomunicado con los demás. El "videojuegomaníaco", cuando ya se ha cansado de acumular puntos en sus maquinitas, puede pasar con facilidad a las tragaperras, para acumular monedas, como un fenómeno similar a la escalada que se produce en la drogadicción.
Los síntomas.
Las personas con ludopatía muchas veces se averguenzan y tratan de evitar que los demás descubran su problema. Se considera que se padece una ludopatía cuando se tienen cinco o más de los siguientes síntomas:
- Pasar mucho tiempo pensando en el juego y cómo conseguir más dinero para jugar.
- Apostar cantidades mayores de dinero para intentar recuperar las pérdidas previas.
- Mentir sobre el tiempo empleado en jugar o el dinero gastado en el juego.
- Necesidad de pedir dinero prestado o adelantos debido a pérdidas en el juego.
- Cometer delitos (pequeños o grandes) para conseguir dinero para jugar.
- Sensación de inquietud o irritabilidad cuando se intenta reducir o dejar de jugar.
- Jugar para escapar de los problemas, la ansiedad y los sentimientos de tristeza.
- Problemas en el trabajo y las relaciones personales. Pérdida de oportunidades de estudio o trbajo debido al juego.
- Necesidad de apostar grandes cantidades de dinero para sentirse estimulado. Gastar una gran cantidad de tiempo recordando experiencias pasadas relacionadas con el juego y pensando la manera de ganar mas dinero.
- Complicaciones financieras, problemas sociales y legales.
- Quiebras económicas, divorcios, pérdidas del empleo, etc.
Tratamiento
La adicción cruzada al juego y a sustancias complica el cuadro clínico de tal forma que en tanto no se resuelva la adicción a sustancias, será poco menos que imposible resolver la ludopatia. Por otro lado, el tratamiento para resolver la adicción, adaptado convenientemente, conllevará la resolución de la ludopatía.
Como el alcoholismo o la drogadicción, la ludopatia es una trastorno crónico que tiende a empeorar sin tratamiento. Por el contrario, las pacientes que sufren estos trastornos se recuperan si siguen el tratamiento adecuado.
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