martes, 14 de enero de 2014

LEO-KETAMINA

(No te pases con la anestesia, esta vez puede que te pase factura.)


La Ketamina (clorhidrato) es un anestésico general fabricado por Parke Davis y comercializado con el nombre de "ketolar".
También es distribuido por varias firmas farmacéuticas menores. La Ketamina de Parke Davis se presenta en un envase multiuso sellado de contenido 50 mg., generalmente. También se usa como anestésico de veterinario y en el mercado negro se vende en forma pulverizada.

La ketamina se usa clínicamente como un anestésico general, es considerado un anestésico manso y se daba a menudo a los niños y a las personas mayores. Sus características psicodélicas fueron descubiertas después de que un número grande de destinatarios informó de lo que sentían al salir de la anestesia. Los restantes experimentos mostraron que una dosis muy menor que la anestésica produce una experiencia psicodélica de gran intensidad.



Efectos:
La ketamina es un anestésico disociativo con un potente efecto analgésico. El efecto inmediato es la sensación de que el cuerpo y la mente se separan, aunque estos efectos dependen de la dosis, la situación de consumo y el estado de ánimo.
• A dosis bajas: presenta unos efectos muy parecidos a una borrachera por alcohol o sedantes.
• A dosis medias: aumentan los efectos descritos anteriormente, pero aún la persona se puede relacionar con los demás y es consciente de quién es y de dónde está.
• A dosis altas: el cuerpo queda prácticamente anulado, el consumidor experimenta un viaje psicodélico muy fuerte que puede variar según la persona: sentir cómo se deforma el cuerpo, ver imágenes, perder la noción de uno mismo, tener dificultad para reconocer lo que pasa alrededor, tener la sensación de verse fuera del cuerpo,…

Los efectos secundarios que pueden aparecer son: náuseas, vómitos, mareos, dolor de cabeza, trastornos de ansiedad, paranoias, flash back.

Riesgos:
Algunos de los riesgos que conlleva el consumo de ketamina son:
• Sobredosis: pérdida total de conciencia, coma o incluso la muerte.
• “Mal viaje”: crisis de pánico y sensaciones muy desagradables.
• Depresión respiratoria, paro cardíaco.
• Trastornos de ansiedad, paranoias, flash back.
• Daño cerebral a largo plazo, problemas de memoria, concentración o deterioro de habilidades lingüísticas.
• Dificultades en la digestión, en la micción, problemas oculares.
• Alteraciones del sueño.
• Accidentes: los efectos psicodélicos y anestésicos producen pérdida en la coordinación de movimientos y de la sensación de dolor.

Reducir riesgos:
Si a pesar de los riesgos se ha decidido consumir, tener presente estas recomendaciones:

• No mezclar con alcohol, benzodiacepinas u opiáceos, ya que puede aumentar el riesgo de depresión respiratoria y pérdida de conocimiento.
• No mezclar con otros alucinógenos ya que aumenta el riesgo del “mal viaje”.
• No mezclar con cocaína ni anfetaminas, pues puede aumentar los efectos secundarios desagradables.
• Distanciar al máximo el periodo de tiempo entre los consumos.
• Conviene estar acompañado de algún compañero que no haya consumido.
• El consumo está contraindicado especialmente en personas, con tensión arterial alta, lesiones oculares, insuficiencia cardiaca, embarazadas o trastornos psiquiátricos graves.
• Evitar conducir bajo los efectos de la sustancia o realizar actividades que impliquen algún riesgo.
• Los consumos en lugares públicos están sancionados administrativamente y pueden tener consecuencias no previstas de antemano.
• En caso de presentar algún efecto indeseado, dirigirse al servicio de urgencias más próximo e informar a los médicos que le atiendan de la/las sustancia/s consumidas y, al ser posible, de la cantidad.

Dependencia y Tolerancia:
La capacidad de generar dependencia, con una clara manifestación psicológica, es muy alta. También crea una rápida tolerancia.

Las analíticas habituales que se realizan en orina no detectan restos de esta sustancia.

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